Al principio todo son buenos propósitos. Unos se compran incluso material de primera calidad, que en el caso de la formación en líneapuede ser un router más rápido o una tableta, para motivarse con el nuevo curso. Otros se matriculan entusiastas en uno o varios programas a la vez –a la hora de empezar se suele ser ambicioso y poco realista-, pero a las dos semanas la realidad se impone. Faltan horas y sobran asignaturas y volvemos a ser quienes éramos: gente con poco tiempo para todo, también para nuestra formación. La inercia es una ley física estable.
Puede que goce de una voluntad inquebrantable a las leyes físicas pero el curso en el que se ha matriculado no es lo que parecía y sus contenidos le aburren porque usted está por encima o por debajo del nivel que se enseña. En ese caso, también se planteará si no debe invertir su tiempo en algo de mejor provecho.